martes, 10 de marzo de 2009

PARÁBOLA DE LOS TALENTOS

(Mateo 25, 14-29)
14 «Porque es como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus criados y les confió su hacienda. 15 A uno dio cinco millones, a otro dos y a otro uno, a cada uno según su capacidad; y se fue. 16 El que había recibido cinco se puso en seguida a trabajar con ellos y ganó otros cinco. 17 Asimismo el de los dos ganó otros dos.
18 Pero el que había recibido uno solo fue, cavó en la tierra y enterró allí el dinero de su señor.
19 Después de mucho tiempo, volvió el amo de aquellos criados y les tomó cuenta. 20 Llegó el que había recibido cinco millones
y presentó otros cinco, diciendo: Señor, me diste cinco millones;
aquí tienes otros cinco que he ganado. 21 El amo le dijo: ¡Bien,
criado bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor. 22 Se presentó también el de los dos millones, y dijo: Señor, me diste dos millones; mira, he ganado otros dos. 23 Su amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor. 24 Se acercó también el que había recibido un solo millón, y dijo: Señor, sé que eres duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. 25 Tuve miedo, fui y escondí tu millón en la tierra. Aquí tienes lo tuyo. 26 Su amo le respondió: Siervo malo y holgazán, ¿sabías que quiero cosechar donde no he sembrado y recoger donde no he esparcido?
27 Debías, por tanto, haber entregado mi dinero a los banqueros para que, al volver yo, retirase lo mío con intereses. 28 Quitadle, pues, el millón y dádselo al que tiene diez. 29 Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 30 Y a ese criado inútil echadlo a las tinieblas exteriores. Allí será el llanto y el crujir de dientes».




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