46 «¿Por qué me llamáis ¡Señor! ¡Señor!, y no hacéis lo que os digo? 47 Os diré a quién se parece todo el que viene a mí y escucha mi palabra y la pone en práctica. 48 Se parece a un hombre que al construir su casa cavó, profundizó y puso el cimiento sobre la roca; cuando luego vino la crecida y el río se precipitó contra la casa, no pudo derruirla porque estaba bien cimentada. 49 Pero el que escucha mis palabras y no las pone en práctica se parece al que construyó una casa sobre la arena, sin cimiento; chocó el río contra ella, y rápidamente se cayó y se arruinó totalmente».
martes, 10 de marzo de 2009
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